Control integrado de plagas
En el Control Integrado de Plagas (CIP) manejamos estrategia y combinamos diversas técnicas y métodos para manejar las plagas de manera eficiente y sostenible, procurando el menor impacto ambiental, cumpliendo la normativa vigente.
Aspectos clave del CIP.
Monitoreo y evaluación
Se realiza una observación constante de los cultivos y áreas afectadas para identificar la presencia de plagas y determinar su nivel de infestación. Esto nos ayuda a tomar decisiones informadas sobre la necesidad de intervención.
Prevención
Intervenciones que disminuyen el riesgo de infestación de plagas en una instalación. Implementamos prácticas agrícolas y de manejo de ambientes que prevengan la aparición de plagas.
Control Cultural
Utilizamos métodos culturales que favorezcan el control natural de plagas, como la modificación de la fecha de siembra, la implementación de barreras físicas y la promoción de la biodiversidad en el entorno.
Control Biológico
Se promueve el uso de enemigos naturales de las plagas, como insectos beneficiosos, que pueden ayudar a reducir las poblaciones de plagas de manera natural.
Control Químico
Cuando sea necesario, se utiliza pesticidas. Sin embargo, en el CIP damos prioridad a productos de menor impacto ambiental y lo aplicamos de manera selectiva y en momentos críticos para minimizar su uso. Es fundamental cumplir con la normativa vigente sobre el uso de productos fitosanitarios.
Educación y Capacitación
Capacitamos a los trabajadores y al personal involucrado en el manejo de plagas sobre las mejores prácticas y técnicas del CIP, así como la importancia del respeto a los ecosistemas.
Evaluación de Resultados
Después de aplicar técnicas de control, evaluamos su efectividad y se realiza ajustes en la estrategia según sea necesario para mejorar los resultados a largo plazo.
Implementar un Manejo Integrado de Plagas no solo ayuda a proteger los cultivos, animales, especies y espacios verdes, sino que también contribuye a la sostenibilidad y salud del medio ambiente.